Había una vez cuatro velas encendidas. Después de arder durante un tiempo una vela se apagó, antes de apagarse dijo: * mi nombre es amor y nadie me conoce. Eso es verdad, para todos el amor es físico, carnal, sensual, sensorial. Ya no hay comprensión de lo que es el amor puro; entonces la vela murió.
Después de algún tiempo la segunda vela también se apagó. Al hacerlo dijo: * mi nombre es compasión, pero la gente no me entiende, se ha vuelto demasiado egoísta, nadie se preocupa por nadie más, ya no hay compasión en la tierra y murió.
Después de algún tiempo la tercera vela también se apagó. Antes de morir dijo: mi nombre es paz y nadie me conoce. La gente me desea pero no me conocen y diciendo eso murió.
Pasó un niño y vio la tercera vela apagada, así como que una vela que aún estaba encendida. La vela encendida le dijo: soy una vela y mi nombre es esperanza, conmigo puedes encender todas las demás velas. El niño tomo esta vela llamada esperanza y con ella volvió a encender las otras tres velas llamadas amor, compasión y paz.
Nunca pierdas la esperanza, es la fuerza de la vida humana, nos mantiene en marcha en estos tiempos difíciles; la esperanza nos inspira a seguir caminando a pesar de las dificultades y avanzar.
Swami Niranjan
de Bihar School of Yoga de India

Comentario de Swami Ekananda
- Amor, es sinónimo de renuncia a lo que quiero y me gusta en beneficio de la persona amada, o de los demás, por tanto implica dar y darse generosamente.
- Compasión es una manifestación de la virtud de la caridad, porque se trata de un acto caritativo el ser compasivo con otro, que implica comprensión, ya sea para ayudarlo o para aceptarlo como es.
- Paz, es el punto intermedio entre dos energías, entre dos fuerzas, entre un polo positivo y otro negativo, entre la acción y la inacción, todas las que al entrar en equilibrio crean un estado de quietud que llamamos paz.
- Esperanza, hay que trabajarla para que florezca limpiándola de la maleza de la negatividad con pensamientos y acciones positivas, recordando la transitoriedad de la existencia; nada perdura en el tiempo, por eso la pandemia y los problemas derivados de ella, especialmente de salud y económicos, y las restricciones preventivas, pasarán pronto bajo la luz de la esperanza en la medida que la desarrollemos.