El covid 19 ha traído una serie de efectos colaterales a quienes sin estar infectados hemos tenido que cumplir la cuarentena preventiva por varios meses que significa estar encerrados, en muchos casos en espacios reducidos como el de los departamentos.
Debido a estas restricciones de movilidad hay un daño físico notorio, que además conlleva el psicológico, aunque por ahora no se den cuenta.
Es bueno recordar algo que no tenemos presente, nuestra naturaleza animal; porque como cualquiera de ellos comemos, evacuamos, dormimos y hay sexo mediante el cual la especie se reproduce.
En el reino animal no hay ningún miembro que pase horas sentado como el caso del humano frente al computador o los niños con el celular en la mano, sin la más mínima conciencia del daño físico que esto produce y que en la mayoría de los casos no se compensa de alguna forma. A lo anterior hay que agregarle lo que me decía un alumno que el único ejercicio que hacía era caminar hacia el refrigerador, entonces además de la inactividad se sube de peso.
Uno de los objetivos del Yoga es ayudar a restituir la conciencia del cuerpo para darle ejercicio , alimentación, trabajo y descanso adecuado, que significa prácticas para cada edad y estado físico, con flexibilización de articulaciones y elongaciones musculares, reeducación de la respiración enfatizando que esta se hace solo por la nariz , tanto al inhalar como al exhalar; haciendo notar la influencia de ella en la mente y como manejando la respiración es posible controlar los pensamientos.
Además, debemos tener presente la ley de causa y efecto, de acción y reacción que en Yoga se llama * karma * y que puede ser positiva o negativa. Aplicándola a la inactividad obligada del cuerpo por la pandemia su efecto negativo es solapado, no aparece de inmediato, pero el deterioro del cuerpo por falta de movilidad es un hecho.
Si miramos algunos países europeos o de Asia vemos como los ancianos tienen mejor calidad de vida que los nuestros porque se dan tiempo para la actividad física, además se ocupan en algo, cosa que acá no sucede con nuestros mayores, sentados horas frente a la tv o dormitando.
Desde el big bang la creación está sujeta a una tendencia a la destrucción expansiva, al desorden dentro del orden, de lo cual nosotros no nos libramos, es la entropía; y lo único que podemos hacer es retardar su efecto mediante la conciencia de que con el paso de los años el cuerpo entra en un proceso de desorden general y se deteriora y sin darnos cuenta llegamos a la vejez; solo nos queda tratar que sea digna, por nosotros y nuestros familiares.
Les sugiero ser conscientes que el cuerpo no se mantiene solo y aprovechando que las restricciones han disminuido salgan a caminar, ojala 30’ diarios para mantenerse físicamente aceptables; se los digo yo, un viejo de 84 años.